Actuación de los bomberos en los buques

Entrevista Cope + Galicia miércoles 07/04/21 a las 1310h:

El incendio de un buque en alta mar, supone la peor pesadilla existente para un marino, ya que no tendrá la posibilidad de poder solicitar asistencia externa, y existirá una probabilidad alta de que tenga que abandonar el barco, si fuera necesario. Por ello los navegantes suelen poseer una gran conciencia en el ámbito de la seguridad, ya que a la Gente de Mar, se le asigna el control de las operaciones de lucha contra incendios a bordo, poniendo énfasis en la organización y en las técnicas empleadas para sofocar los fuegos. El éxito de este tipo de misiones, radica en conocer cuáles son los espacios del buque más vulnerables a los incendios, para que en caso de que se produzcan, se lleven a cabo los procedimientos necesarios para poder detectar las causas que los produjeron y controlar la situación existente.

Pero para que esta actuación llegue a buen puerto, será necesario que previamente se hayan inspeccionado los sistemas y equipos de detección y extinción de incendios existentes a bordo y que se conozca, por parte de la tripulación, el funcionamiento de dichos sistemas de detección y extinción de incendios. Entre los lugares del barco con los que se deberá estar más familiarizado, estarán incluidos: los espacios de máquinas, las zonas de habitabilidad, la cocina y aquellos pañoles y bodegas donde existan elementos inflamables y riesgos potenciales de incendio.

Dicho esto, se debe destacar que muy diferente será aquel incidente en que el incendio se produzca con el buque en puerto. En este caso, aunque la tripulación deberá intentar contenerlo con sus propios medios, si esto no es posible, lo más lógico será apoyarse en los servicios de emergencia exteriores en tierra, ya que los puertos disponen de planes de emergencia para estos fines.

Figura 1: Remolcador "Maria Pita" (Fuente: Salvamento Marítimo)
Remolcador Maria Pita (Fuente: Salvamento Marítimo)

¿Están los bomberos, de tierra, preparados para extinguir y controlar incendios en buques?:

El RD 145/1989 establece la obligación de que, los puertos en determinados casos dispongan de un Plan de emergencia interior y exterior, que generalmente suele estar apoyado en los Servicios de extinción de incendios existentes en los lugares en los que se ubican los puertos.

Esta tendencia, obliga a que los bomberos deban de ser capaces de acceder y orientarse en los buques, y a que conozcan todas las particularidades que existen en los mismos, muy diferentes de otros escenarios en los que están acostumbrados a actuar.

Por otro lado, los marinos para poder navegar y ejercer sus profesiones, están obligados a recibir una formación específica contra incendios. El Convenio Internacional STCW (de guardias de mar), de aplicación en nuestro país, regula el nivel mínimo de formación exigible en profesiones marítimas, e incluye en materia de lucha contra incendios, la exigencia de que todos los marinos deben poseer un certificado de formación básica o avanzado, según el caso, en lucha contra incendios.

Dicho esto, de producirse un incendio a bordo, y si se pudiera adicionalmente atacar el mismo con bomberos desde tierra, estos últimos deberían activar un procedimiento en el que se deberían aplicar las dos fases siguientes:

  • Recolección de información sobre el buque: sus datos, su situación geográfica (e incluso su rumbo y velocidad si estuviera en navegación), el número de personas a bordo (y las accidentadas si fuera el caso), los datos de la carga (muy importante, sobre todos los referentes a combustibles, lubricantes, etcétera), ubicación exacta del incendio a bordo, descripción de daños existentes, conocimiento de si existen derrames de hidrocarburos o posibilidad de que se produzcan, e información sobre las condiciones meteorológicas reinantes en la zonas del siniestro (estado de mar, viento, y visibilidad existente).
  • Actuación: antes de movilizar unidades, el buque debe ser situado sobre una carta de navegación, y deben ser avisadas las Capitanías Marítimas y Autoridades Portuarias afectadas (si no son ellas las que avisan del incendio), para que se pueda ordenar el tráfico marítimo y poder emitir los preceptivos “avisos a los navegantes” que puedan servir para que otros buques en las inmediaciones, puedan ayudar, algo que, por cierto, es una obligación legal. A continuación, se procederá a movilizar, si es necesario, otros remolcadores, embarcaciones de salvamento o unidades que posean medios contra incendios. Esta movilización se debe llevar a cabo en coordinación con el Plan de Emergencia Interior, existente en aguas y zonas portuarias.

Aclarado este punto, la siguiente pregunta que debemos hacernos es la de, si están los bomberos preparados para actuar con garantías de éxito en este tipo de misiones en los buques. Antes de contestar al interrogante, veamos a qué tipo de particularidades existentes en los barcos, muy diferentes a las condiciones existentes en tierra firme, se enfrentarán los bomberos en el momento de atacar un incendio a bordo de un buque.

Particularidades contra incendios de un buque:

Un barco, es una estructura flotante que posee zonas de habitabilidad junto a pañoles o talleres que contienen mercancías peligrosas. Pero no será esta su característica o particularidad principal, sino más bien esa corresponderá a la de que es una estructura que posee la posibilidad de estar en movimiento, característica que por otro lado es para la que ha nacido. Un barco puede llegar a ser muy seguro en puerto, pero no ha nacido para tal fin, sino que lo ha hecho para navegar, por lo que debe ser igual de seguro cuando se encuentre en navegación como cuando esté atracado en puerto (¡safety first!).

Pero incluso estando en puerto, el buque seguirá siendo muy peligroso. Las operaciones de carga y descarga, o la influencia de las mareas, el viento, las corrientes o el efecto de buques que pasen muy cerca de él, podrán provocar movimientos en el mismo que deberán ser controlados en todo momento para evitar riesgos de accidentes. Hay que tener en cuenta que el que se produzca una escora (inclinación transversal) en un buque en un momento determinado, podría ser motivo suficiente para que se provoque un accidente, si no se está alerta, ya que a veces es peligroso trabajar a bordo con el buque en posiciones algo inestables, que incluso hasta pueden producir mareos si no se está familiarizado con estos movimientos (balance, cabeceo, etcétera).

En cualquier caso, la principal dificultad con la que se encontrará un bombero de tierra al intentar actuar en un buque, radicará en el acceso al mismo. Este problema se agravará si el buque, en vez de estar atracado en tierra, se encuentra fondeado a cierta distancia del muelle. En este último caso, todo se complica, ya que los bomberos tendrán que acceder al barco desde otro buque, o incluso desde un helicóptero, algo para lo que, salvo raras excepciones, no se entrenan habitualmente. Por ello, la opción más factible sería intentar acceder al buque fondeado e incendiado por la escala de práctico, llegando hasta él siendo transportados por una embarcación de prácticos, un remolcador u otra embarcación auxiliar de salvamento.

Figura 2: Práctico embarcando por escala de gato (Fuente: Antonio Alcaraz Arbelo)
Práctico embarcando por escala de gato (Fuente: Antonio Alcaraz Arbelo)

Si el buque está amarrado a tierra en puerto, se debe estar atento a las siguientes circunstancias:

  1. Las mareas: los cambios verticales en el nivel del mar, que entre pleamar y bajamar transcurren aproximadamente cada seis horas, provocan una amplitud de marea que deberá tenerse en cuenta a la hora de posicionar la escala y establecer las rutas de evacuación de emergencia en el buque.
  2. Las estachas de amarre: los cabos y cables que habitualmente afirman el buque al muelle están sometidos a gran tensión, y cuando no son de acero, suelen estar fabricados de material sintético (polipropileno) que en caso de incendio podría provocar humo denso, o incluso que falten (partan), por lo que se deben establecer zonas de seguridad alrededor de los mismos, y en concreto en su área de influencia, para que en caso de rotura, no golpeen a los bomberos u otro personal involucrado en la extinción del incendio.
  3. El viento: por doble motivo supone un aspecto clave en el momento de la intervención en el buque en caso de incendio. Por un lado, debemos tener en cuenta que las zonas portuarias suelen ser áreas muy expuestas al viento, por lo que el desarrollo de un incendio estará muy influenciado por esta característica meteorológica. Pero por otra parte, debemos tener en cuenta que el buque en sí es un medio que a veces está muy condicionado por el viento. Hay barcos que poseen mucha superficie vélica expuesta al viento, lo que provocaría que un incendio a bordo se comportara de manera muy diferente dependiendo del tipo y fuerza del viento existente. Hace pocos días veíamos cómo se cerraba el canal de Suez durante una semana motivado, al menos en parte, por la gran superficie vélica existente en un megabuque. Este problema, un incendio, o cualquier otro tipo de accidente en esta clase de buques, tal vez se vería aminorado si se elevaran las medidas de seguridad, como por ejemplo si en el caso del portacontenedores se le hubiera acompañado durante el paso de un remolcador potente.
  4. Las corrientes reinantes en la zona y el tráfico portuario: pueden alterar el desarrollo del incendio y provocar acciones que dificulten los trabajos de extinción provocadas, por ejemplo, por la posibilidad de que el buque se aleje del muelle por efecto de la corriente o de otro buque que navegue por una zona cercana.
  5. La escala de acceso al buque: se convierte en un elemento primordial con el buque en puerto. A diferencia de otros accesos, este será muy angosto. De ser posible, por la diferencia de alturas, lo más aconsejable sería acceder desde el muelle por una plancha, y en caso de que esto sea posible, utilizando la escala real del buque. Esta escala real, propia del buque, dispone de unas ruedas para que se pueda mover apoyada en el muelle. Además, posee peldaños metálicos y suele contar con una red de seguridad para evitar caídas por su grado de inclinación. El problema de esta escala radica en su anchura, ya que por ella los bomberos no podrán embarcar su material habitual, por lo que de ser posible también sería bueno que se pudieran apoyar en grúas que existan en los muelles de los puertos.
Figura 3: Práctico desembarcando por Escala Real (Fuente: Antonio Alcaraz Arbelo)
Práctico desembarcando por Escala Real (Fuente: Antonio Alcaraz Arbelo)

Nociones necesarias en los bomberos para actuar con éxito en los incendios en un buque:

Relatada ya la casuística tan particular que existe en un buque, será necesario, o al menos recomendable, que los bomberos que vayan a actuar en los incendios a bordo posean nociones básicas e importantes de cómo se comportará un barco en diferentes escenarios, comportamiento que además se llevará a cabo de manera muy diferente a como lo hacen otras instalaciones en tierra firme. A ese respecto será muy importante que los bomberos, en el momento de actuar sobre un buque, dispongan de los siguientes conocimientos que les ayuden a que se puedan desplazar con seguridad dentro del buque. Esto implica que además de necesitar conocer cómo se comporta un buque en el incendio desde el punto de vista de la estabilidad, también deberán saber cómo son los diferentes accesos que existen en los buques (puertas, escalas, escotillas, etcétera), y cómo se comporta la ventilación existente a bordo.

La estabilidad está relacionada con la capacidad para que un buque pueda recuperar la verticalidad cuando se ha desplazado de ella, es decir, con el equilibrio. Para determinar la estabilidad se debe conocer la posición del centro de gravedad del buque y del centro de carena (punto del empuje, centro de gravedad del volumen de agua desplazado y sumergido). Sobre estos puntos actuarán dos fuerzas que exigen que para que un buque sea estable, el par que ejercen estas dos fuerzas, debe tender a obligar al buque a que recupere la verticalidad (el adrizamiento). Por lo tanto, la estabilidad, basada en el principio de Arquímedes, se podría definir como la capacidad de adrizamiento de un barco tras sufrir una escora (inclinación).

Conocida la importancia de mantener la estabilidad en un buque, los bomberos deben poseer unas directrices que les sirvan para mantenerla a bordo. Por ello deberán controlar los calados del buque para detectar cambios de asiento o trimado (diferencias entre los calados de proa y popa), vigilar la tensión a la que estén sometidas las estachas de amarre, corregir la escora del buque si fuera necesario, cerrar todas las aberturas del buque que pudieran quedar sumergidas por los efectos del incendio o una vía de agua, y finalmente también deberán evitar que queden bloqueados aquellas puertas o accesos cuyo uso pudiera ser necesario para el abandono del buque.

Adicionalmente, será muy importante que controlen la cantidad de agua que estén empleando en la extinción, achicándola si fuera necesario, para evitar que el buque se hunda por falta de equilibrio. El achique de agua debe tener prioridad número uno, evitando que los imbornales (desagües) del buque puedan quedar atascados. Se debe destacar que una extinción en un buque no debería convertirse, salvo excepciones, en un hundimiento por aplicación de exceso de agua. De ser posible también será importante vigilar el inclinómetro del buque para saber cuántos grados se está escorando este.

Figura 4: Lucha contraincendios (Fuente: Salvamento Marítimo)

Por supuesto, para conseguir una buena estabilidad del buque, los bomberos deben apoyarse en la tripulación del barco, quienes son los verdaderos conocedores de los tanques de lastre que podrían ser llenados o vaciados para mover el centro de gravedad del buque, y así conseguir mantenerlo en condiciones de estabilidad.

Otro detalle característico de los barcos, es la existencia de mamparos, sus paredes. Son elementos estructurales que sirven para evitar, entre otros fines, la propagación de los fuegos. Regulados por el SOLAS (Reglamento de Seguridad en la Mar), dependiendo del tipo de lugar del buque que protegen, se clasifican en tres tipos diferentes. Las divisiones de clase “A” son de acero reforzado, impiden el paso del humo y las llamas, y están aisladas para asegurar que la temperatura de la cara expuesta del mamparo no supere 140º de la temperatura inicial en un tiempo determinado (la clase A-60, en 60 minutos, la A-30 en 30 minutos, las A-15 en 15 minutos y la A-0 en 0 minutos).

Las divisiones de clase B, de características constructivas similares a las anteriores en cuanto a rangos de temperaturas, solo impiden el paso de las llamas, y existen dos tipos, la B-15 y la B-0. Finalmente, las divisiones clase C, aunque también construidas con material incombustible, como las dos anteriores, no tienen que cumplir requisitos de estanqueidad al humo y las llamas.

En la medida de lo posible, también será muy importante que los bomberos conozcan los sistemas contraincendios de los que dispone el propio buque. Si por supuesto ya la tipología del propio buque hace que estos sean muy diferentes entre sí, a este problema se sumará que los sistemas de extinción también serán de diferentes clases. La extinción de incendios en los buques se podrá llevar a cabo mediante gas, polvo seco, espuma o agua.

Figura 5: Ejercicio en un acceso del patrullero Centinela (Fuente: Armada)
Ejercicio en un acceso del patrullero Centinela (Fuente: Armada)

Los sistemas de extinción por gas, generalmente CO2, son muy habituales en cámaras de máquinas, o en lugares de riesgo específico, como pueden ser la cocina o un pañol de pinturas. Generalmente los buques disponen de un pañol para almacenamiento de las botellas de CO2, y de un sistema de conductos de distribución desde dicho pañol, hasta el lugar que protegen. Obviamente, el mecanismo de disparo está ubicado, en un armario protegido, en un lugar diferente al que protege.

Los sistemas de extinción por polvo seco utilizan polvo químico como agente de extinción y se usan principalmente en buques gaseros, para proteger su zona central, donde se encuentran los manifolds. Estas instalaciones constan de un tanque de polvo, un sistema de presurización, mangueras, lanzas, monitores, alarmas y controles.

Los sistemas de extinción por espuma se usan en lugares donde existen líquidos inflamables, tales como espacios de máquinas, cámaras de bombas, espacios de carga rodada y en las cubiertas de los buques tanque. En este sistema el agua de contraincendios se mezcla con la proporción correcta de espumógeno, y la solución se transporta mediante colectores que reciben aire, hasta llegar a los generadores de espuma.

Los sistemas de extinción por agua se suelen instalar en espacios de máquinas, cámaras de bombas, espacios de habilitación de pasaje, y en bodegas de carga de buques Ro-Ro. Existe un colector principal que emana de las bombas contraincendios de la sala de máquinas, y desde allí el agua se distribuye mediante ramales por todo el buque.

Figura 6: Ejercicio contraincendios en el patrullero Centinela (Fuente: Armada)
Ejercicio contraincendios en el patrullero Centinela (Fuente: Armada)

Remolcadores de Salvamento

La sociedad de servicio público Salvamento Marítimo, dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, persigue como fin principal la protección de la vida humana en la mar, así como de la vida marina animal y vegetal. En seis palabras: protege la vida en la mar. Entre sus medios, cuenta con diez remolcadores que por sus prestaciones aseguran poder dar remolque a grandes buques, teniendo capacidad operativa para poder intervenir en grandes siniestros provocados por incendios.

Asimismo, estos buques también están preparados para actuar en otros tipos de incidentes relacionados con la contaminación marina o el propio salvamento. Estas unidades están desplegadas estratégicamente a lo largo de la costa española, y están permanentemente alistadas para actuar en la mar, bien navegando, o bien en puerto a la espera de poder prestar servicio. Las esloras de los diferentes buques varían entre 40 y 63 metros, y poseen una capacidad de tiro de hasta 228 toneladas, en el caso de los remolcadores Don Inda y Clara Campoamor, los más potentes.

Figura 7: Remolcador María Pita (Fuente: Salvamento Marítimo)
Remolcador María Pita (Fuente: Salvamento Marítimo)

Como ejemplo de sus actuaciones, en mayo de 2019 el buque ro-ro Grande Europa sufrió un incendio navegando por el sur de Baleares, por lo que tuvo que ser asistido y remolcado hasta Palma de Mallorca por el remolcador Marta Mata. El Grande Europa es un Car Carrier de la compañía Grimaldi Lines, que transportaba en aquel momento 1843 vehículos a bordo. El remolcador de altura de 40 m. de eslora y 5092 HP de potencia coordinó el rescate de quince de sus tripulantes y trabajó en las labores de extinción del incendio.

Figura 8: Apagando incendio en el buque “Grande Europa” (Fuente: Salvamento Marítimo)
Apagando incendio en el buque Grande Europa (Fuente: Salvamento Marítimo)

Se debe destacar que, en España, concretamente en Asturias, está ubicado el Centro Jovellanos, cuya misión principal consiste en implantar, desarrollar y diseñar formación integral de calidad en salvamento y seguridad marítima. Dicho centro posee una enseñanza de calidad, altamente especializada, certificada, innovadora y sostenible, que asegura altos niveles de capacitación profesional. Su formación se resume en cinco palabras: formar (proponiendo soluciones eficientes), dotar (de conocimientos necesarios), reducir (daños, riesgos y accidentes), innovar (metodologías de realidad virtual) y garantizar (sistemas de calidad). Con estas señales de identidad, el Centro Jovellanos se ha convertido en la ubicación ideal para que se lleve a cabo la formación de la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima.

Figura 9: Remolcando el buque “Grande Europa” (Fuente: Salvamento Marítimo)
Remolcando el buque Grande Europa (Fuente: Salvamento Marítimo)
Figura 10: Buque “Grande Europa” atracado después del incendio (Fuente: Antonio Alcaraz Arbelo)
Buque Grande Europa atracado después del incendio (Fuente: Antonio Alcaraz Arbelo)

CONCLUSIONES:

Los puertos españoles funcionan durante todo el año, y las veinticuatro horas de cada día, por lo que sería muy interesante que estuvieran dotados de bomberos y medios de extinción propios, con turnos rotativos, que pudieran atender cualquier tipo de incendio que surgiera. Un esquema de ese tipo existe en los arsenales militares o en grandes astilleros, quienes poseen bomberos propios, a turnos, y que además pueden prestar auxilio exterior. Este modelo no solo lo encontramos en el Coast Guard americano, sino que también existe en el Reino Unido y en otros países europeos.

Dicho esto, la realidad es que, en nuestro país, los bomberos que suelen operar en los puertos, son los que existen en los municipios en los que están ubicadas las zonas portuarias, por lo que es muy importante que existan convenios de colaboración entre las Autoridades Portuarias y los servicios exteriores de emergencia de cada municipio o provincia, para tratar de incentivar la formación en la lucha contra incendios a bordo de buques.

Figura 11: Pesquero “Cabaleiro Uno” en el carro varadero de Celeiro (Viveiro-Lugo) en abril de 2021
Pesquero Cabaleiro Uno, en el carro varadero de Celeiro (Viveiro-Lugo) en abril de 2021

En el caso del puerto de Ferrol, y dentro del plan de emergencia interior, desde hace aproximadamente veinte años existe un acuerdo de colaboración entre el puerto y sus bomberos, para que estos últimos lleven a cabo las intervenciones necesarias, en caso de producirse. De hecho, ya hace dieciocho años los bomberos de Ferrol tuvieron que intervenir en la fragata Libertad, un buque escuela argentino, tras provocarse un incendio en un sollado (camarote) de la segunda cubierta, que ocasionó al principio problemas de respiración graves en dos tripulantes.

Los bomberos municipales de Ferrol salieron de su base para ayudar a extinguir el fuego, una vez que el equipo contraincendios del Libertad no fue capaz de controlar la situación. Alguno de los bomberos comentó que el origen del fuego pudo deberse a una colilla. Para estar preparados para estas intervenciones los bomberos municipales efectúan simulacros en el puerto de Ferrol simulando incidentes, como por ejemplo durante operaciones de bunkering a buques mediante camión cisterna, que incluso pueden simular que derivan en situaciones de contaminación marítima.

Figura 12: Simulacro realizado en el puerto de Ferrol en enero de 2017, con participación de los bomberos municipales (Fuente: Alejandro Rey, APFSC)
Simulacro realizado en el puerto de Ferrol en enero de 2017, con participación de los bomberos municipales (Fuente: Alejandro Rey, APFSC)

A este respecto, hace unas semanas el centro Jovellanos difundía un libro que Puertos del Estado acaba de editar titulado Manual de intervención de bomberos en buques (que ha distribuido de forma gratuita, por cierto) y al mismo tiempo anunciaba la propuesta de un nuevo curso sobre extinción de incendios en buques. Este curso, a diferencia de los otros dos que ya ofrecía específicos para personal embarcado, está enfocado hacia el personal que trabaja en emergencias en puertos comerciales o en zonas o regiones de intervención costera. Este seminario viene a rellenar ese vacío de formación marítima existente en nuestro país, ya que para efectuarlo se exige poseer experiencia previa como bombero profesional.

Con este curso se busca que los bomberos comprendan y se familiaricen con el entorno marítimo y sus buques, aprendiendo nociones sobre estabilidad, organización y planificación de las intervenciones a bordo, riesgos especiales existentes en la intervención a bordo de buques, comunicaciones, estrategias y tácticas, problemas asociados a emergencias a bordo de buques, actividades “post incidente”, y finalmente, con las siempre importantes consideraciones legales. Esta formación, teórica y práctica, consta de un total de veintiuna horas lectivas, que se impartirán en tres jornadas de mañana y tarde, en las que se aprenderá, entre otras cosas, a interpretar planos de seguridad de sistemas de extinción a bordo y a afrontar estrategias para atacar incendios en cámaras de bombas, salas de máquinas, tanques o bodegas, en diferentes tipos de buques.

¡Hasta la próxima!

Raúl Villa Caro

En el año 1999 me licencié en Marina Civil (sección Náutica) en la Universidad del País Vasco. En 2001 obtuve el empleo de A.N. del Cuerpo General de la Armada y en 2005 la patente del Cuerpo de Ingenieros de la Armada. En el año 2001 obtengo el título de Ingeniero Técnico Naval (Estructuras Marinas) en la Universidad de A Coruña y posteriormente el título de Ingeniero Naval y Oceánico y el Diploma de Estudios Avanzados. En 2003 obtuve el título profesional de Capitán de la Marina Mercante. Desde Octubre de 2010 estoy contratado por parte de la UDC como profesor asociado. Actualmente además de realizar tareas de investigación en el Grupo Integrado de Ingeniería, y desde octubre 2010, imparto docencia en la Escuela Politécnica de Ingeniería de Ferrol (Grado y Máster en Ingeniería Naval y Oceánica), en el Master de PRL de la FCT, y en la Universidad Senior de Coruña. Mi actividad principal, y fuera de la UDC, se desarrolla en la Ingeniería de Construcciones de Buques (Arsenal de Ferrol) como Jefe de la Ingeniería de Plataforma. Desde abril de 2012 hasta diciembre de 2013 fui Secretario de la Delegación Territorial en Galicia del COLEGIO OFICIAL DE INGENIEROS NAVALES, y desde enero 2013 soy Secretario de EXPONAV (Fundación para el Fomento del Conocimiento de la Construcción Naval y de las Actividades Marítimas).En 2015 obtuve el título de Doctor por la Universidad de A Coruña. En 2021 fui nombrado Académico Correspondiente de la Academia de Ciencias y Artes Militares (ACAMI), y de la Real Academia de la Mar (RAM). Poseo más de 250 publicaciones repartidas entre artículos de Revistas, Libros, Capítulos de Libros, y Comunicaciones en Congresos.

20 Responses

  1. Jose Núñez Linares dice:

    Hola soy Jose Nuñez, oficial del cuerpo de bomberos de la Generalitat de Cataluña, des de el 2014 estamos formando bomberos de la comunidad en incendios de buques juntamente con el Centro de Jovellanos además desde el 2016 tambien formo parte de los docentes en el mismo centro se ha formado a un total de 130 bomberos (cabos, sargentos, oficiales, inspectores) en la lucha contra incendios en buques como mando he participado en la extinción de 5 buques de los cuales 3 han sido fuera de puerto el más lejano a 38 millas. Estoy de acuerdo con Raul pero quiero aportar que algunos cuerpos de bomberos ya estamos haciendo los deberes . Un saludo

  2. Rolando Cordero Rodríguez dice:

    hola mi nombre es rolando cordero paramédico bombero y trabajo para el cuerpo de bomberos de costa rica.
    Nuestra y nuestra espacialidad es la atención de incendios en barcos en la zona del pacifico central , es muy nuevo nuestro servicio, por lo siguiente como aria para realizar un curso con ustedes o que vengan a costa rica y impartirlo.
    saludos y gracias

  3. Andrés joven Rivero dice:

    Buenas Noches Raul:

    Estupendo artículo como de costumbre. Tuve la suerte de no sufrir nunca un incendio a bordo de los buques en que navegué, algunos con carga peligrosa como anhídrido de amoníaco, químicos ó petroleros. Si que hice algún curso de contraincendios. Gracias por aportarnos conocimientos en tus artículos. Un abrazo ya desde el bajo Aragón.

    Andres joven Rivero .

  4. Marta dice:

    Muy interesante Raúl. Yo siempre estuve centrada en la prevención de incendios durante la construcción de los buques pero en tu interlocución hablas sobre la intervención de los bomberos ya estando operativos 👍y en alta mar, detalle que cambia bastante la forma de actuar….
    Gracias Raúl

  5. Marcelo dice:

    Tu sabes que cuando estas en alta mar y hay una emergencia tiene que asistir el mas cercano, me pasó una vez… y es grato ver como afecta a la tripulación ver ayuda cercana. En todo caso merecen todo mi respeto, son situaciones que estas solo con tu equipo, necesitas saber que hacer.

  6. Miguel Angel dice:

    En tierra, los bomberos suelen tener entre sus miembros a arquitectos e ingenieros de caminos, porque estos ingenieros conocen como son los edificios y por lo tanto disponen de la capacidad de ingeniar métodos

  7. Nereida Vila dice:

    Gracias Raúl. Parece muy buena idea lo del curso específico para bomberos del Centro asturiano de Jovellanos

  8. Jose Villar dice:

    Qué grande eres Raúl. Nunca se me había ocurrido pensar en un incendio abordo de un buque y sus consecuencias… Eres una biblia náutica.

  9. JMSP dice:

    Perfecto como siempre. Un abrazo, Raúl

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