El acero de los buques: del remache hasta el AH-36

Trabajar el acero de los buques, utilizado para su construcción, es un proceso técnico y muy complejo que exige la coordinación de numerosos trabajadores bajo el control del armador o contratista principal. Esta construcción puede tener carácter civil o militar. Girando la cabeza hacia el pasado, se puede observar que los metales comenzaron a usarse en antiguos buques, con el objetivo de blindarlos. En cualquier caso, sólo se usaban para proteger exteriormente la construcción de madera. No fue hasta la Revolución Industrial, con el desarrollo de la máquina de vapor y el conocimiento sobre el acero, cuando comenzó a usarse el acero como material estructural. En aquella época surgió la técnica del remachado, para la unión de las distintas piezas de acero. No obstante, también continuó la construcción de buques de madera.

A mediados del siglo XIX se inició la construcción mixta, utilizando de forma conjunta el acero de los buques y la madera, que permitió un considerable aumento del tamaño de los buques. Así apareció el modelo clíper, esbelto, con una proa estrecha y prominente, que sustituyó a las proas macizas del pasado. Los primeros buques de hierro aparecieron en 1790 y los primeros de acero soldado sobre 1880. La mayor resistencia del hierro y la posibilidad de ensamblarlo con facilidad, desplazó a la madera del puesto privilegiado que ocupaba en la construcción naval.

En el siglo XX se produjeron grandes cambios en la forma de construir buques. Se introdujo la soldadura en la construcción naval y se estableció el sistema de construcción modular. De esta manera se abandonaron los trabajos tradicionales de la grada, y se pasó a sólo montar en ella aquellos bloques que previamente hubieran sido fabricados y armados anticipadamente en los talleres. Con este sistema de construcción se modificó la estrategia constructiva para optimizar los recursos, acortando plazos y reduciendo costes.

Los talleres de ribera se encargaban de producir en sus instalaciones los elementos del casco del barco y llevarlos a la grada, donde los armaban. Producían piezas como las varengas, cuadernas, mamparos, esloras, palmejares o las chapas del forro. Y para ello utilizaban planchas de acero que mecanizaban mediante cilindros de curvar o aplanar, cizallas, remachadoras, etc.

El componente básico que se empleaba en la construcción naval era la plancha de acero. Las planchas se cortaban, conformaban y trabajaban de la forma necesaria para darles la configuración definida en el diseño. Por lo general, las planchas se cortaban con equipos automáticos de corte con soplete, y posteriormente se soldaban. Finalmente las planchas se enviaban a los talleres de construcción, donde se ensamblaban para formar otras unidades.

Si ahora, dando un salto, nos trasladamos a la situación actual, de las últimas construcciones de la Armada se puede contar lo siguiente. En el caso del buque LHD Juan Carlos I (JCI), los materiales utilizados se fabricaron y probaron de acuerdo con los procedimientos especificados en las Reglas de la Sociedad de Clasificación Lloyd´s Register. Por lo general, se utilizó el acero de los buques navales normales (límite elástico 235 MPa). En ciertas zonas, como las cubiertas de carga rodada y cubierta de vuelo, se utilizó acero de alto límite elástico del tipo H-36 (límite elástico 355 MPa) con el fin de reducir el peso de la estructura.

También se usó H-36 con el mismo propósito anterior en elementos primarios de luz elevada y altas solicitaciones. Los aceros del JCI cumplen con las características indicadas en las reglas del Lloyd´s Register of Shipping para buques mercantes, Parte 2, Capítulo 3. En general se usó el grado “A”, excepto en aquellas partes donde las reglas de la Sociedad de Clasificación exigían otro diferente. Como refuerzos de plancha se utilizaron principalmente llantas con bulbo y en menor medida llantas planas y perfiles I-T. Elementos primarios como bulárcamas, baos, palmejares y esloras fueron fundamentalmente perfiles tipo T. Otros materiales como las aleaciones de aluminio se utilizaron previa aprobación de la autoridades de la Armada.

El Buque de Acción Marítima (BAM) ha sido construido en acero AH-36, pudiendo utilizarse otros materiales de superiores prestaciones allí donde los requisitos de peso o estructurales lo requieran. En el caso de las Fragatas F100 se utilizó igualmente acero AH-36.

Pues eso es todo por esta semana, y por esta temporada. Para más información de este tema se puede descargar mi artículo de la Revista General de Marina titulado Evolución del acero naval desde la técnica del remachado hasta el AH-36, publicado en mayo de este año.

O consulta online pinchando aquí.

¡Finalmente deseo feliz verano a todos. Nos vemos en Septiembre!

Raúl Villa Caro

En el año 1999 me licencié en Marina Civil (sección Náutica) en la Universidad del País Vasco. En 2001 obtuve el empleo de A.N. del Cuerpo General de la Armada y en 2005 la patente del Cuerpo de Ingenieros de la Armada. En el año 2001 obtengo el título de Ingeniero Técnico Naval (Estructuras Marinas) en la Universidad de A Coruña y posteriormente el título de Ingeniero Naval y Oceánico y el Diploma de Estudios Avanzados. En 2003 obtuve el título profesional de Capitán de la Marina Mercante. Desde Octubre de 2010 estoy contratado por parte de la UDC como profesor asociado. Actualmente además de realizar tareas de investigación en el Grupo Integrado de Ingeniería, y desde octubre 2010, imparto docencia en la Escuela Politécnica de Ingeniería de Ferrol (Grado y Máster en Ingeniería Naval y Oceánica), en el Master de PRL de la FCT, y en la Universidad Senior de Coruña. Mi actividad principal, y fuera de la UDC, se desarrolla en la Ingeniería de Construcciones de Buques (Arsenal de Ferrol) como Jefe de la Ingeniería de Plataforma. Desde abril de 2012 hasta diciembre de 2013 fui Secretario de la Delegación Territorial en Galicia del COLEGIO OFICIAL DE INGENIEROS NAVALES, y desde enero 2013 soy Secretario de EXPONAV (Fundación para el Fomento del Conocimiento de la Construcción Naval y de las Actividades Marítimas).En 2015 obtuve el título de Doctor por la Universidad de A Coruña. En 2021 fui nombrado Académico Correspondiente de la Academia de Ciencias y Artes Militares (ACAMI), y de la Real Academia de la Mar (RAM). Poseo más de 250 publicaciones repartidas entre artículos de Revistas, Libros, Capítulos de Libros, y Comunicaciones en Congresos.

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